La municipalidad en córdoba utilizará la basura para producir biogás y energía calorífica.
La intención es reducir al 30% lo que va a vertedero y aprovechar el 70%. Sadeco pretende sustituir el combustible en sus vehículos y exportar residuos.
El Ayuntamiento lleva en curso distintas medidas para contribuir a la batalla con el cambio climático. Una de ellas tiene como interprete a la empresa municipal Sadeco, ya que su intención es utilizar la basura para fabricar biogás y energía calorífica.
El proyecto contesta al reto que tiene Sadeco de disminuir los vertidos y de generar «energía limpia a partir de los residuos», según ha aclarado el delegado municipal de Infraestructuras, Sostenibilidad y Medio Ambiente, David Dorado, que preside la empresa.
Dorado desembrolla que ahora se está utilizando el 30% de la materia orgánica para crear compost mientras que el 70% restante va al vertedero. La idea principal, según Dorado, «invertir esa proporción y en lugar de compost, producir biomasa, con la que podemos generar biogás».
Cuando eso suceda, los camiones de Sadeco emplearan el biogás que la propia empresa fabrique en vez de combustible. De esa forma, el 70% de la basura se aprovecharía para biogás y el 30% iría al vertedero, aunque esta última también tendría tratamiento para llegar al «vertido cero» que se persigue y que ya han conseguido otros países como Suecia, que está importando basura.
Representantes de Sadeco irán hasta allí en primavera para conocer la tecnología que utilizan e incluso ver la posibilidad de exportar residuos. La Municipalidad todavía no es conocedora aún del coste de este proyecto que pretende acometer «a medio plazo», en unos «seis meses», según las estimaciones de Dorado.
El proyecto suplente que se tiene es aprovechar la biomasa para crear la energía calorífica y como resultado obtener electricidad. Para ello, hará falta una «central térmica pequeña cuyo combustible es la biomasa».
Pero, además, hay prevista otra iniciativa más para fabricar la energía fotovoltaica en la cubierta del vertedero del Lobatón, con la que se secará la materia orgánica para convertirla en biomasa. La ampliación de la cubierta que hay que hacer se aprovechará para instaurar la planta fotovoltaica.
El Ayuntamiento está llevando a cabo otras medidas dentro del marco del Pacto de Milán, como el proyecto que realiza con Hostecor, en el que colaboraran 25 establecimientos, para disminuir el despilfarro de alimentos y el empleo de recipientes de plástico, emplear productos de temporada y agroecológicos y disminuir la huella de carbono.
A este se agrega el proyecto Foods Corridors, que persigue «el fomento de la agricultura sostenible dentro de los productos locales». El área de Medio Ambiente trabaja igualmente en la confección de un plan director de reforestación y, además del mismo, repondrá los árboles talados en los últimos años por enfermedad.
La evolución que se tienen con el biogás y la energía calorífica.
Las previsiones para Córdoba son que incremente en dos grados su temperatura en los próximos 30 años y que caigan las precipitaciones un 18%. El mes pasado, el Pleno aprobaba la declaración de la emergencia climática, que implica involucrarse a tomar medidas como aminorar el consumo energético o promover una movilidad más sostenible.
El Ayuntamiento cuenta desde el 2018 con un plan de adaptación al cambio climático, pendiente de aceptación, que tiene diferentes documentos elaborados, como un diagnóstico y medidas de actuación.
Mas información
La basura se convierte en polémica, fuente de energía para Suecia.
En lugar de quemar carbón o gas, una planta de energía de la ciudad sueca de Linköping -al sur de Estocolmo- utiliza como insumo la basura, propiedad de Tekniska Verken, una industria del ayuntamiento de Linköping, esta planta trabaja las 24 horas incinerando -a 1500 grados- toneladas de desechos provenientes de miles de hogares de esta ciudad fundada en 1287.
La planta Tekniska Verkens no es la única en Suecia: al dia de hoy existen 34 centrales eléctricas suecas que transforman desperdicios en energía.
La gran mayoría no está de acuerdo con esta técnica. Sus detractores consideran que estas plantas de energía alimentadas con basura no son una fuente de energía libre.
Se trata además, según sus críticos, de una «solución falsa». Según la empresa, cuatro toneladas de basura contienen energía equivalente a una tonelada de petróleo, 1,6 toneladas de carbón o cinco toneladas de desechos de madera.
En Suecia, alrededor del 49% de los desechos domésticos se reciclan; el resto se incinera en plantas como la de Linköping: el calor producido se transforma en vapor que hace girar turbinas para generar electricidad, tal y como las plantas de energía convencionales que queman carbón o gas.
La basura representa, sin embargo, una pequeña porción del suministro total de energía de Suecia, en el que alrededor del 83% es hidroeléctrica y un 7% eólica.
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