Alemania paraliza el gasoducto Nord Stream 2 capaz de abastecer a todo el mercado europeo.
La política de gasoductos de Berlín con Rusia es una vergüenza para la política exterior alemana. Ha dividido a Occidente. Alemania debe recuperar la confianza y apoyar a Ucrania, opina Frank Hofmann.
La apuesta del régimen de Putin contra la política climática alemana y europea está sobre la mesa. Los consumidores y el próximo gobierno alemán tienen el poder de decidir quién gana: ¿sucumbiremos al dulce veneno del gas barato de Rusia o Alemania ampliará rápidamente las energías renovables para contrarrestar el gas dañino para el clima?
Más efectos de la guerra declarada por Rusia sobre Ucrania. El gasoducto Nord Stream 2 podría morir en las próximas semanas. Según adelanta Reuters la empresa que construyó el gasoducto que une Rusia con Alemania podría declararse en quiebra en los próximos días.
Se trata de una filial del gigante ruso Gazprom y completó el pasado año el proyecto que costó 9.500 millones de euros para construir una vía gemela al Nord Stream. El objetivo era que se duplicaran las exportaciones directas de Rusia a Alemania.
Europa ha tomado su primera gran decisión para cortar las relaciones con Rusia, tras la conferencia de Putin. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha tomado la iniciativa de suspender indefinidamente la certificación del Nord Stream 2, el gran gasoducto que iba a conectar el centro de Europa con Rusia para el envío de gas.
El Nord Stream 2 está considerado como uno de los proyectos más importantes para afrontar la crisis del precio de la energía y el gas, pero la crisis con Ucrania ha sido el detonante para que desde Alemania hayan adoptado esta posición. No significa que el gasoducto no vaya a funcionar en el futuro, ya que está construido (y viene a complementar el actual Nord Stream 1), pero sí se ha frenado su puesta en marcha hasta nuevo aviso.
Alemania, que obtiene la mitad de su gas de Rusia, había respaldado a Nord Stream 2 para diversificar el suministro de energía para Europa, pero el proyecto enfrentó oposición dentro de la Unión Europea y de los Estados Unidos por aumentar la dependencia del gas de la región en Rusia y permitir que Moscú reduzca los volúmenes. a través de Ucrania, por lo que tiene que pagar una tasa de tránsito.
Desde la invasión rusa de Ucrania la semana pasada, varias grandes empresas, incluidas las grandes petroleras, dijeron que abandonarían sus operaciones rusas, incluida Shell, que dijo que ya no participará en Nord Stream 2, entre otras inversiones.
Para acelerar la transición energética y reducir la mencionada dependencia de las energías fósiles de Rusia, Alemania y Noruega estudiarán la viabilidad de producir hidrógeno en esta última y transferirlo a la primera con una nueva canalización marítima, un hidroducto o gasoducto de hidrógeno. Si bien el objetivo es que se trate de hidrógeno renovable/verde, se aceptará que temporalmente sea de origen fósil/azul -con captura de carbono asociada-.
Robert Habeck, vicecanciller alemán y ministro federal de Asuntos Económicos y Acción Climática, y Jonas Gahr Støre, primer ministro de Noruega, se reunieron ayer por la tarde con sus equipos para firmar el acuerdo de cooperación. La empresa energética noruega Equinor está realizando inversiones tanto en la producción de hidrógeno a partir del gas natural como a partir de energías renovables.
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